.dimas.melfi.
26 agosto 2005
awakening
Desperté. El cielo se despegaba de mí, de nosotros. La distancia entre mi piel y el aire se dilataba. Capas incontables de ocultas ilusiones conocidas se desprendían y me abandonaban casi naturalmente… Como pichones que llegado el momento del bautismo aéreo dejan el nido. Para levantarse. Crecer. Volar. Escapar. Mi sombra celestial se mezcló con las suyas y al instante centenares de ellas cubrían nuestro otrora desierto espacio, en traslaciones suspendidas, en movimientos frizados. Las nubes respetuosas les abrían paso, renunciando ante el ímpetu, resignando protagonismo, reconociéndolas efímeras. Enclaves escabrosos surgían de entre las mesetas de hormigón. Los impávidos cristales reflejaban despreocupadamente el inexorable avance de tamaña procesión. Plumas multicolores danzaban en la atmósfera, innumerables billetes les hacían la corte, ante la presencia entre embelesada e indiferente de cabellos, sortijas, pastillas. Hojas secas, hojas de papel, hojas de afeitar. Pétalos, fideos, hilos. Bailes, juegos, giros. El desfile tornó en profusión de destinos inmateriales. Y el espacio no se hizo cargo. El firmamento denuncia caídas, mas, el suelo no lo atestigua. La fuga continúa, la atmósfera se espesa y mi entorno se ha alivianado. No te veo. Las cortinas congeladas en un remolino eterno conducen mi mirada. La guían en pos de un sueño. Nada siento, solo un candoroso sopor perpetuo. Despierto.
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