.dimas.melfi.
06 diciembre 2005
m y . l i v i n g . s t a r
[ los hechos mágicos deben ser contados. guardarlos es apagarlos, transmitirlos es perpetuarlos ]
Pasó. De tanto soñar, de tanto pensar y hablar, de tanto esperar, algo pasó, finalmente. Vino a verme una estrella. La más intensa y serena, la más lejana y pequeña. Sin duda, tan profunda como la noche, y tan inmensa como aquella. Ella reniega de su condición, no acepta sus encantos por vanidad pura, que es la que sólo los ángeles ocupan. Ella es, en realidad, un hada estelar. En esencia, auras celestes, sonrisa de diamantes y encantos terrenales… Enceguecido por su resplandor intermitente, me descubrió atontado. Aún continúo en el mismo estado, empobrecido el pensamiento y el habla , no así el corazón… Ella sabía de mis sonrisas de confites y mis dedos de grafito, de mis días de dolores y colores. Yo sabía de sus ojos de vidrio y su sonrisa de pétalos que se caen, de sus días de mares azulados y lluvias grises. Nos comunicábamos por señales melodiosas, en visiones ensoñadas. Tarde o temprano íbamos a vernos, lo sabíamos y lo aguardábamos; mas, el encuentro fue de lo más inesperado… Llegó entre volutas de tréboles blancos, haciendo espirales de puntos suspensivos infinitos alrededor. Poco dijimos, menos hablamos, más contamos… mucho amamos… Nuestros ojos se hablaban con los silencios del amor nuevo, los corazones dialogaban en abrazos eternos. Llenamos el aire de canciones, y nos llenamos con canciones de aire. Nos paseamos anudados entre jacarandaes transparentes y aires calurosos, nos preguntamos sobre los paisajes de uno y otro… tanto hicimos, tanto quedó sin hacer… De su visita han pasado días, pero así como cada segundo pasa, cada recuerdo se potencia… y de a poco, pero contundentemente, se va haciendo más tangible su presencia. Casi la tengo, la miro, la toco… la respiro en mis cosas, sus aromas me rodean desde entonces. Tengo un diván de vainilla, tés de plumas blancas y sábanas de mermelada de frambuesa. De frambuesa de sus labios llenos, saturados de besos postergados. Dejó estelas de brillantina en todas partes, me envuelvo en ellas y entre suspiros vuelvo a encontrarme con sus manos tomadas de las mías. Las miro y las encuentro más pequeñas, con forma de estrellas, tan parecidas a las suyas… Me guardó cariño por doquier, a veces simulo no encontrar abrazos y besos escondidos, sólo para tomarlos luego, no vaya a quedarme sin ellos. Se fue hace poco, hace dos segundos. Pero hace uno volvió, y la veo a mi lado. Ahora ha vuelto a irse, y volverá al rato… Ella se comunica conmigo, y lo hace en el idioma de las estrellas, claro. Ella brilla, brilla a veces sin enterarse. A veces sin estar despierta brilla. Me pregunto si lo sabrá.
Me pregunto muchas cosas más...
Y tanto queda por decir…
|